Mario A. Hansen-Holm, Socio
Mientras la mayoría de
empresas está ocupada en preparar estados
financieros de acuerdo a la nueva normativa, consideramos que la pregunta detrás
de este gran esfuerzo debe ser: ¿por el
miedo a la sanción o por convicción?
En el 2006, la
Superintendencia de Compañías (SC)
tomó una decisión
trascendental al establecer que todas
las compañías bajo su supervisión
adoptaran las NIIF al preparar sus estados financieros. Esta fue una apuesta
sin precedentes al exigir que una normativa diseñada
para empresas inscritas en mercado de capitales, usualmente un número
muy reducido de muy grandes empresas, fuese socializada al difundirse la
aplicación de prácticas,
hasta ese momento, reservadas para la élite.
Así se veía
el panorama hasta inicios del 2011, cuando aprovechando la emisión
de las NIIF para PYMEs, normativa emitida a fines del 2009 por el Consejo Internacional de
Normativa Contable para entidades que sin ser públicas
están obligadas a preparar anualmente estados financieros de uso
general, la SC estableció que
las compañías con ventas menores a US$ 5 millones, activos por debajo
de US$ 4 millones y menos de 200 trabajadores, la acogieran para la preparación
de sus estados financieros del 2012. Como consecuencia de esta decisión,
están las empresas ecuatorianas cerrando sus libros del 2011 en
un entorno multinórmico, en el que las que están
inscritas en el mercado de capitales (0.5% del total de empresas) presentarán
por vez primera cifras de dos períodos
preparadas bajo NIIF auditadas, las compañías
del segundo grupo (4.5% del total) habiendo presentado cifras bajo NEC
auditadas en el 2010, las reexpresarán a
NIIF para fines comparativos y someterán a
auditoría externa sus cifras NIIF del ejercicio 2011, y las del
tercer grupo (el 95% restante) que reportarán
al 31 de diciembre del 2011 por última
vez en NEC y empezarán este año
de acuerdo a lo dispuesto por la norma para pequeñas
y medianas empresas. En este contexto particular, observamos a los responsables
de preparar la información
financiera más preocuados por determinar
el desplazamiento cuántico de la vieja normativa a
la nueva y presentarlo en la denominada conciliación
del patrimonio NEC a NIIF que en la transformación
cualitativa requerida para garantizar la continuidad del Sistema de Gestión
de Información.
Frente a la observación
comentada, somos de la opinión que
es necesario que los empresarios abordemos la pregunta planteada, para afrontar
este reto y sacar el mayor provecho de este proceso histórico.
Por ello, pretendemos aportar a la reflexión,
a través de la exposión de
los objetivos empresariales y los principios rectores y características
enunciadas en el Marco Conceptual de las NIIF, porque todo el extenso andamiaje
normativo se sustenta y guarda una filigránica
alineación con él.
COSO, uno de los marcos más
difundido y respetado por la comunidad de negocios para gestión
de riesgos, plantea que una administración
debe preocuparse de cuatro objetivos. Estos son cumplir con una estrategia,
respetar las leyes, tener procesos eficientes y preparar información
confiable oportunamente. Un administrador que tiene claro qué
leyes debe cumplir y las cumple, disminuye las contingencias que pueden afectar
la continuidad del negocio. Cuando se preocupa de monitorear el desempeño
de los procesos y cumplir la estrategia trazada, está
persiguiendo utilizar de manera más
eficiente los recursos para generar las utilidades que permitan que la empresa
perdure. Para poder lograr estos objetivos, debe tener permanentemente
información confiable. Es en relación
a este último factor, donde las NIIF están
llamadas a proporcionar un marco técnico.
Ellas, las Normas Internacionales de Información
Financiera en sus dos versiones, se sustentan en dos principios básicos:
devengado y empresa en marcha. El primero apunta a que las transacciones se
reconozcan en los estados finacieros en un momento determinado (los gastos
cuando se conocen y los ingresos cuando son realizados), para garantizar que el
conservudrismo prime al establecer los resultados del ejercicio y el patrimonio
que le corresponde a los dueños de
la empresa. El segundo demanda que la norma sea aplicada solamente por las administraciones de
aquellas empresas, cuyo ánimo
siendo el lucro, puedan con certeza razonable hacer una declaración
explícita de que se seguirá
operando con normalidad en el futuro, para salvaguardar los intereses de los
potenciales inversionistas.
En nuestra práctica
profesional, quizás porque somos la única
firma de auditores en el Ecuador certificada bajo la norma de calidad ISO 9001:
2008, entendemos el proceso de transitar de las NEC a las NIIF como una mejora
del alto impacto al Sistema de Gestión de
información tendiente a la obtención
de Cifras de Calidad. Para que este objetivo sea alcanzado, los equipos
administrativos responsables de la elaboración
de los estados financieros deben procurar, en todo momento, que las características
de calidad sean simultáneamente
observadas. Nos referimos a las que denominamos "4C de las Cifras de
Calidad": connotación,
confiabilidad, comprensibilidad y comparabilidad.
El esfuerzo de la administración,
al momento de establecer políticas
contables, procesos y sus controles, detalles y revelaciones a ser descritas en
las notas, debe sustentarse en criterios de la importancia que el tipo de
transacción y los rubros implicados representan en los estados
financieros así también
cómo para el análisis
que realicen las distintas partes interesadas, en su afán
de evaluar la salud de la empresa.
La persecución de la
anterior característica apuntala a la
siguiente. La comprensibilidad de las cifras contenidas en los estados
financieros solo puede ser alcanzada cuando los rubros connotables son
registrados y presentados en las ubicaciones, que por la convención
les corresponde. Por ejemplo, la planta industrial estará
incluida en el rubro Propiedad, planta y equipo en el activo no corriente del
Estado de Situación.
El velar por las dos anteriores características
nos confronta al reto moral que implica generar estados financieros confiables,
cuidando diligentemente que cada uno de sus componentes y los elementos de éstos
también lo sean. Para que esto sea posible, se tendrán
que practicar mediciones conforme lo especifique la norma, requiriéndose
en muchas situaciones de la asistencia de terceros, como peritos, en el caso de
avalúos; actuarios, en relación
a obligaciones de beneficios definidos como la jubilación
patronal; y, asesores legales para la calificación
de las contingencias en remotas, mediana y altamente probables. El imcumplir
esta característica invalida a las demás,
y solamente habiéndola observado permite
evaluar a la cuarta, es decir a la comparabilidad.
La comparabilidad de los estados financieros de una empresa
debe realizarse en dos sentidos. Al interior de la empresa al comparar las
cifras de un período con las de otro, para
apreciar la evolución en términos
absolutos, y al exterior, con otras
empresas competidoras, para comparar el desempeño
relativo. Esto será factible solo si existe un
firme compromiso de aplicar las políticas
contables consistentemente en el tiempo por todas las compañías
que operan en un mismo sector.
Conclusiones
y recomendaciones
Las NIIF han abierto en el país
un sano debate acerca de la función de la
contabilidad como principal herramienta de control interno con que cuenta el
empresario, para poder administrar los negocios de la entidad.
Siendo el objetivo de las empresas el ánimo
de lucro conscientes de su Responsabilidad Social, deben cumplir con el
organismo de control societario sin descuidar la necesidad de generar información
que permita la eficiencia en el uso de recursos, en un entorno de mejora
continua.
Las NIIF han sido concebidas para estar al servicio de la
empresa y no puede ser aceptable, bajo ninguna circunstancia, lo contrario. No
obstante esto, debe entenderse que las Cifras de Calidad son el resultado de la
ética conducción de
los negocios.
Las empresas deben superar la fase de medición
y registro de impactos de la transición de
normativas y trabajar en el establecemiento o fortalecimiento de los procesos,
para garantizar la continuidad del Sistema de Gestión
de Información bajo NIIF.
Por lo anteriormente expuesto, consideramos que los
empresarios debemos cumplir con el requerimiento del organismo de control, y al
hacerlo apropiadamente vamos a contar con una herramienta que nos va a
proporcionar información de
mayor calidad, con la cual posiblemente se facilitará
nuestro proceso de toma de decisiones, auméntandose
significativamente nuestras probabilidades de éxito.
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