martes, 28 de agosto de 2012

Afianza la confianza de tus aliados


John Pierpont Morgan (1837-1913). Financiero, coleccionista de arte y filántropo norteamericano. Trabajó en varias empresas de actividades financieras, hasta que en 1871 creó Drexel, Morgan & Co. con Anthony J. Drexel.

En 1873, el Ministerio de Economía de EEUU permitió que su firma asegurara parte de un préstamo de gobierno, rompiendo el monopolio llevado a cabo por Jay Cooke. Aunque él trabajó para incrementar su propia fortuna, estableció su reputación como fuerza positiva para la base financiera e industrial de la nación al ayudar a estabilizar los ferrocarriles, por ejemplo. En 1901 compró la Bethelhem Steel a Andrew Carnegie y otras compañías para formar la US Steel Corporation.



Donó sumas importantes a una gran variedad de instituciones. Fue un coleccionista bien informado sobre arte y también fue un importante benefactor del Metropolitan Museum of Art. Dueño de una colección magnífica de libros, de manuscritos, y de pinturas que fue legada a la Morgan Library de Nueva York.

Desde 1895, su firma, conocida como J. P. Morgan y Co., se convirtió en una de las empresas de actividades económicas más importante del mundo y él en el más rico e influyente financiero de América. 
Se comenta que en una transacción con Andrew Carnegie, éste se equivocó y le cobró a Morgan    US$ 10,000 de menos. Cuando Carnegie se presentó a cobrar su cheque, Morgan le entregó dos cheques, uno por la suma acordada y el otro por el valor de la equivocación. Carnegie, quien tenía fama de ser muy tacaño pero un caballero, se rehusó. Morgan, hábil negociante que valoró más la relación futura que exprimir la oportunidad, no lo aceptó. De esta manera, el primero obtuvo todo su dinero y el segundo, el reconocimiento y confianza. 

Cada vez que recuerdo esta anécdota, no puedo dejar de pensar que J.P. Morgan manifestaba que un hombre siempre tenía dos razones para lo que hacía, una buena y la verdadera.

Se le atribuye, entre otras muchas, la siguiente expresión:
 
Vaya tan lejos hasta donde su vista llegue, cuando esté allí podrá ver más lejos todavía.

 

Reflexionando al respecto twittié:

"Avanza cada día en el estudio de las NIIF, y estarás en una posición en la que podrás llegar aún más lejos".



lunes, 27 de agosto de 2012

Los triunfadores dominan su tiempo


Ivy Lee (1877-1934), consultor estadounidense, pionero en visualizar la importancia de las relaciones públicas en las empresas. Por eso, fundó en 1904 el primer despacho de RR.PP. en Nueva York. Dos años más tarde, coincidiendo con un período de huelgas, la industria del carbón solicitó sus servicios. Él aceptó con la condición de tener completa libertad para comunicar a la prensa de forma clara y precisa toda la información relevante. Este planteamiento era revolucionario en una época en la que los periodistas manipulaban la información a cambio de dinero. Su estrategia para mejorar las relaciones entre las empresas tanto con sus empleados y la comunidad  se basó en presentar los hechos desde todos los puntos de vista. De esta forma, logró naturalizar el suceso y evitar crear mayor expectativa, a la vez que se inició la era de la libre información.


Entre los otros aportes que hizo a las RR.PP. se considera que rompió con la confusión entre esta disciplina y publicidad, puso en marcha el llevar a cabo acciones ofensivas y no solo defensivas y planteó el mecenazgo para humanizar a los empresarios y sus negocios.
Se comenta que en una ocasión estaba almorzando con Charles M. Schwab, magnate del acero, cuando éste le planteó un gran desafío al decirle: “Muéstreme la manera en que pueda lograr hacer más cosas con mi tiempo y le pagaré el honorario que usted desee, dentro de lo razonable”.Entonces, él le dio una hoja en blanco y le sugirió: “Escriba cada noche todas las cosas que tenga que hacer al otro día y numéralas por su orden de importancia. Por la mañana, lo primero que debe hacer es empezar a trabajar con la tarea número 1 de su lista, finalizarla y tras ello comenzar con la número 2, terminarla y continuar con la número 3… así sucesivamente”.

Contando con su atención, continuó: “No se sienta preocupado si no logra terminar todas las actividades que había escrito en su lista. Cuando termine el día, deséchela y elabore una nueva con las obligaciones del próximo día”. Y finalizó: “Si con este método no puede hacer que su tiempo se aproveche de mejor manera, no podrá hacerlo con ningún otro. Pruébelo durante unos días y luego págueme lo que usted considera que vale este consejo”.
Unas semanas después, Schwab le envió un cheque por 25 mil dólares. Unos años más tarde, reconoció que esa fue la lección más importante y rentable que pudo aprender en toda su carrera empresarial y de negocios.


Se le atribuye, entre otras muchas, la siguiente expresión:
 
Decir siempre la verdad.

 

Reflexionando al respecto twittié:

"El CPA siempre registrará las transacciones íntegramente de acuerdo a las NIIF".



miércoles, 15 de agosto de 2012

La persona visionaria sigue sus objetivos


King Camp Gillette (1855 -1932). Desde los 21 empezó a trabajar como viajante comercial. A los 35 años ingresó como vendedor en la Baltimore Seal Company, cuyo presidente era William Painter, quien se había enriquecido al inventar una tapa de corcho para botellas de cerveza y otras bebidas. En una ocasión, éste le dio un consejo que acabó convirtiéndose en una obsesión para él: "Si quieres hacerte rico, inventa un objeto desechable que la gente consuma una y otra vez."

En 1895 a los cuarenta años, mientras se afeitaba frente al espejo, tuvo por fin la visión tan largamente deseada, cuando imaginó la hoja de afeitar desechable.  Llevar adelante su proyecto con la tecnología del siglo XIX hizo que resultara prácticamente imposible construir las hojas de afeitar que soñaba, porque en aquel momento el acero fino barato era muy difícil de trabajar  y de afilar. El proceso de cristalizar su idea le tomó 8 años.

En 1903, Gillete Company apenas vendió 51 maquinitas de afeitar  y 168 hojas. Entonces, abandonado por sus conocidos y por muchos de sus inversores, la tenacidad de Gillette y el talento industrial de William Nickerton, ingeniero jefe de la empresa, consiguieron salvar la situación del negocio, mejorando el diseño y la promoción de su invento.

Al año siguiente, gracias a sus bajos precios, y a las técnicas de fabricación automatizadas, así como a la publicidad vendió 90.884 máquinas de afeitar y cuchillas de 123.648.Trece años después alcanzaría la cima al obtener un pedido de 3,5 millones de maquinitas y 36 millones de hojas de afeitar para equipar a los soldados del ejército norteamericano. A partir de la propaganda que le hicieron los soldados, el negocio empezó a dar sus frutos. Pero el propio Gillette entendía que su producto podía rendir más aún y tuvo la idea clave: regalarle la maquinita a todo aquel que cumpliera 18 años. 

Así se aseguraba de vender para siempre su producto a todos los jóvenes que alguna vez se convertirían en adultos. Por esa acción, él es conocido como el creador del "freebie marketing", sistema por el cual, a partir de un regalo, el cliente se vuelve cautivo. También, es recordado por ser uno de los primeros empresarios en usar deportistas y famosos en la publicidad de sus productos.
Continuamente decía respecto a las hojas de afeitar: “No hay ningún producto para individuos universalmente más conocido o ampliamente distribuido. Lo he encontrado en el pueblo más nórdico de Noruega o en el corazón del Desierto de Sahara.

Me gustaría un día poder decir: “Las NIIF son aplicadas en todas las empresas del mundo”.






martes, 14 de agosto de 2012

El emprendedor busca y encuentra una alternativa


Walter Percy Chrysler ( 1875- 1940). Industrial norteamericano pionero del automovilismo.

Era el año 1924 y Walter Chrysler había creado el primer automóvil que llevaría su nombre: el B70, que hacía alusión a la velocidad máxima que alcanzaba: 70 millas por hora. Esto era formidable para esa época. Él deseaba presentar al mundo su innovación y solicitó participar en el Salón del Automóvil de Nueva York, posiblemente la más prestigiosa exhibición para la industria automotriz. Los organizadores le negaron el acceso aduciendo de que se trataba de un prototipo y que en ella solo se exponían vehículos que ya estuvieran fabricándose en serie. Ante esta situación, él tenía dos opciones: resignarse o actuar. Escogió la segunda.


Averiguó en que hotel se alojarían la mayoría de hombres de negocios que asistirían a la muestra. Se trataba del Hotel Commodore. Habló con sus directivos y obtuvo el permiso de estacionar su Chrysler 79 en el vestíbulo del hotel. La acogida fue tal que los pedidos que recibió le permitieron iniciar la producción en las fabricas Maxwell, empresa de la que él era director; sin embargo, no podía atender todas las peticiones y tuvo que  comprar la firma de los hermanos Dodge, a la que mantuvo, junto con la propia Maxwell y las recién creadas Plymouth, De Soto e Imperial, dentro del grupo  automotriz Chrysler.

Se le atribuye, entre otras muchas, la siguiente expresión:
 
El único secreto del éxito es el entusiasmo.

 

Reflexionando al respecto twittié:

"El rasgo más característico del emprendedor: El entusiasmo".



lunes, 13 de agosto de 2012

Hay que ser proactivo para lograr los cambios necesarios


Karl Benz (Karlsruhe, Alemania, 1844 – Ladenburg, id, 1929). Ingeniero y diseñador del primer automóvil impulsado por un motor de combustión interna (1885).En la época que inventó su primer vehículo, se impuso una ley de máxima velocidad en Mannheim, ciudad en la que él vivía, a 6 km/h y en las afueras,  a 12 km/h. Dado que esta velocidad máxima limitaba el desarrollo del vehículo, creó un plan para que fuese derogada. Así un día, invitó por escrito al Ministro de Baden a que fuera a dar un paseo con él. 

Éste aceptó, sin saber que Karl Benz había acordado con un lechero jugarle una broma.Cuando estuvieron juntos, Benz pasó junto a la carreta del lechero; iban a la misma velocidad, pero de repente, este último aceleró, los rebasó y volteó a verlos burlándose. 

Entonces, el ministro se puso furioso y le pidió que acelerara. Éste le contestó que era imposible porque existía un límite de velocidad para los autos. El Ministro contestó: “No se preocupe, rebáselo que esta misma tarde habrá un cambio en esa ley”.

Se le atribuye, entre otras muchas, la siguiente expresión: 
 
La pasión por inventar no tiene fin.

 

Reflexionando al respecto twittié:

"Las empresas están continuamente evolucionando por la innovación; por ello, las NIIF deben progresar, por lo menos, al mismo ritmo".