lunes, 17 de septiembre de 2012

Cuando se trata de trabajar, el líder siempre da el ejemplo



George Washington (1732 — 1799). Primer Presidente de los Estados Unidos entre 1789 y 1797 y Comandante en Jefe del Ejército Continental revolucionario en la Guerra de la Independencia (1775–1783), siendo considerado el Padre de la Patria.

En un mañana de invierno, el General  Washington, saliendo de su cuartel general, subió el cuello de su gran abrigo y bajó su sombrero para proteger su cara del terrible frío.Conforme se dirigía a donde los soldados estaban fortificando un campo, ninguno podía reconocer que la figura alta y encapotada era el Jefe Supremo del Ejército. Se acercó al campamento y se detuvo a observar a una pequeña compañía de soldados que, bajo el comando de un cabo, estaban edificando una trinchera de leños. 


Los hombres estaban arrastrando un leño muy pesado y el cabo, muy importante y superior, estaba parado a un lado, dando órdenes.

—¡Arriba con él! —gritaba—¡Ahora todos juntos!, ¡Empujen!, ¡Ahora!

Con un fuerte empujón, el leño estaba casi en su lugar, pero era demasiado pesado y antes de alcanzar el tope de la estaca, se derrumbó. El cabo rugió nuevamente:

—¡Arriba con él! ¿Qué pasa con ustedes? ¡Arriba con él! ¡Traten otra vez!

Los hombres tiraron y se esforzaron nuevamente; el leño casi alcanzó la cima, pero se zafó y una vez más se derrumbó.

—¡Levántenlo con fuerza! —rugió el cabo— ¡uno, dos, tres!,¡Ahora!

Y entonces justamente cuando el leño iba a derrumbarse por tercera vez, Washington corrió hacia él, lo empujó con toda su fuerza, y el leño cayó en su sitio. Los jadeantes y sudorosos hombres se volvieron para darle las gracias, pero Washington se dirigió hacia el cabo.

—¿Por qué no ayuda usted a sus hombres cuando necesitan una mano con esta dura tarea?
—¿Quiere saber porqué?—contestó el hombre— ¿No ve usted que soy cabo?

Washington abrió su abrigo y mostrándole su uniforme, dijo: "Yo soy sólo el Jefe Supremo."

Cuando recuerdo esta anécdota, viene a mí la siguiente frase que se le atribuye:  

Trabajar para mantener viva en tu pecho esa pequeña llama de fuego celeste, la conciencia.
 
Reflexionando al respecto twittié:

"Registra cada transacción apegado a las NIIF, cuidando la tranquilidad de tu conciencia ".


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