Henry Alfred Kissinger (1923). Político
germano-estadounidense de origen judío que tuvo una gran influencia sobre la
política internacional. Fue Secretario de Estado durante las presidencias de R.
Nixon y G. Ford, entre 1969 y 1977, y Consejero de Seguridad Nacional durante
todo el mandato inicial del primero. Se caracterizó por llevar las riendas de
un proceder internacional fuerte pero al mismo tiempo negociador, concibiendo
la intervensión militar como último recurso, siendo el artífice de la denominada
política de distensión con la URSS y China, país con el cual logró, durante el
mandato de Nixon, consolidar excelentes relaciones, situación en la cual casi
se logra una paz entre los bloques oriental y occidental, pero que no fue
continuada por sus sucesores. Recibió el premio Nobel de la Paz en 1973.
Se comenta que cuando Kissinger fue Secretario de Estado, pidió a un joven miembro de su equipo de asesores preparar un trabajo sobre un tema delicado. El joven era nuevo en el trabajo y, queriendo impresionar a su jefe, puso empeño durante dos semanas completas. Pero dos días después de presentarlo, Kissinger se lo devolvió con una nota garabateada en la parte superior: “Es terrible, vuelva a hacerlo”.
El joven se sintió deprimido. Pero al cabo de una
detenida reflexión admitió que podía mejorar su trabajo. Dedicó una semana de
duro esfuerzo en la reelaboración del trabajo y envió una nueva versión. De
inmediato se lo devolvió con una nota: “Es peor que la primera versión. ¿Acaso
no puedes mejorarlo?”
Transcurridos unos poco días y luego de reescribir una tercera versión, el
joven entregó el trabajo con una nota que decía: “Quizá no sea muy bueno y
lamento hacerle perder su tiempo. Pero es lo mejor que puedo escribir sobre
este tema”. He aquí la nota con la que le contestó Kissinger: “Ahora sí leeré tu
trabajo”.
“La tarea de un líder es llevar a su gente de donde está, hasta donde no haya llegado jamás.”
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